Babesku (versión Argentina)

El juego de pelota a mano, sin protección, es evidentemente "cosa del pasado", cuando los núcleos de la pelota no permitían un buen bote, las pelotas eran considerablemente mas blandas, los frontones y el piso de las canchas despedían menos y el juego todo era mucho mas lento.

Pero pese a ello, queríamos lograr una pelota goxua que nos permitiera jugar con la mano libre de protección. Todos los experimentos realizado en la kantxa nos indicaban que eso no sería posible.

El asunto es que si la pelota es "goxua" como para jugar sin protección, no sirve para jugar en una kantxa de dimensiones, porque simplemente no pica (no bota) suficientemente para hacer el juego que queríamos. En cambio, el juego que queríamos se logra con una pelota intermedia (mixta o medio toke) que tienen buen pique o bote, claro que esas te dejan los dedos del tamaño de una morcilla y moretones en toda la mano, igual que algunas "goxuas" que no son tales.

Por mas que insistimos en rompernos la mano durante meses, llegamos a la misma conclusión que todo el mundo: la mano "no está hecha" para golpear una pelota dura como piedra ni lo va a estar, y que la "esku pilota" (pelota a mano) es un deporte que se debe jugar con la mano protegida. Asumir esta conclusión hizo que empezaramos a mirar el asunto de la protección de las manos.

Para jugar a mano hay que "hacer la mano". Expresión que simboliza años de esfuerzos y musculación que comienzan en la niñez y que por ahora sólo se pueden ver en el País Vasco y México, coincidentemente los únicos dos lugares del mundo en que el juego de pelota está íntimamente ligado a las apuestas y que quizás explique su desarrollo. Y además de hacer la mano, hay que protegerla.

En fin, por nuestra edad (no somos niños), hacer la mano ya era imposible. Nos quedaba si, la opción de protegerla. Esta opción, de por sí incompleta para el profesionalismo, nos daba la posibilidad de jugar como aficionados con pelotas mas duras y ocupar con nuestro juego la mayor superficie de la kantxa.

La protección de la mano se hace con una especie de venda (esparadrapo, pero no cualquier esparadrapo) y parches o tacos que amortiguan el golpe de la pelota contra la mano (aunque no lo suficiente como para insensibilizarla -cuestión prohibida por reglamento de la FIPV-). La colocación del esparadrapo y los tacos, requiere de técnica y tiempo y sobre todo de disponer de "esparadrapo", "tacos" y "moco verde" o simplemente "verde" (un pegamento autoadhesivo que aumenta la fijación del esparadrapo a la mano).

Tan complejo es el asunto de la protección de la mano que en la misma cuna de la pelota mano se ha "inventado" un guante para jugarla y ha iniciado un debate al respecto.

Este es el hoy controvertido " babesku ". 


Una innovación para la protección de la mano que aporta la simplicidad de su colocación y con los años se verá si resulta beneficiosa o no para el desarrollo del deporte.


Volviendo a la cuetión de la protección tradicional, en Argentina (y asumo que en buena parte de Sudamerica) el material para proteger las manos (esparadrapo, tacos y moco verde) no se consigue en los comercios. Se trata de materiales que prácticamente sólo se utilizan en Francia y España y sólo se comercializan en el viejo mundo.

La búsqueda en Argentina de materiales para hacer la protección de la mano, similares a los utilizados en Euskal Herría, no dio resultado. Ante esta decepción, decidimos que igualmente haríamos la protección de la mano con los materiales que consiguiéramos. 

Así, incursionamos en la fabricación de guantes de cuero de la Pilota Valenciana (en la imágen sin los cordones correspondientes ni la protección de los dedos). 

También con cinta adhesiva color piel (de escasa y lamentable adherencia), planchas de goma de distintos tipos y densidad, logramos nuestra versión criolla del babesku.

Nuestra manopla, es lo que se ve. No esconde nada, practicamente es calzarla, adherir por atrás con abrojos (velcro) y alguna fijación con cinta adhesiva en los dedos y nada mas. Con esta manopla, la preparación de la mano se logra en 5 minutos, mientras que la preparación con el sistema de protección tradicional lleva no menos de 30 minutos.

He aquí nuestro experimento: el babesku argentino (un espanto, pero efectivo).

La disposición de los tacos es la misma que la disposición en la protección tradicional, y suplantamos los tacos originales  ( Tesamoll, Lohmann o similar ) que aquí no se consiguen, por "topetinas" fabricadas por Suprabond que recorté al efecto. Las topetinas son unas almohadillas autoadhesivas que se pegan en la pared y utilizan para evitar que el picaportes o balancín de las puertas golpee y dañe la pared. Son mas gruesas y de mayor densidad que los tacos, pero bastantes similares.

El gran defecto que tiene nuestra manopla experimental es que no tiene adherencia entre la región palmar de la manopla y la palma de la mano (no se pega a la piel), simplemente se fija por detrás de la mano con cintas abrojo (velcro). La fijación de las protecciones a los dedos dejó también mucho que desear, pero eso sólo lo pudimos percibir cuando finalmente logramos experimentar con los materiales originales.

Sin embargo, nos permitió jugar con pelotas más vivas que las goxuas e incluso algunos puntos con las pelotas profesionales. Quizás sea éste un experimento que vuelva a retomar mas adelante, empleando los materiales originales y utilizando el verde (Lohmann) para la adherencia que faltó.

Se me ocurre, que muchos pelotaris del nuevo mundo que incursionan en éste deporte hacen experimentos similares a éstos con la esperanza de lograr jugar pelota sin hacer de sus manos una carnicería.

En fin, el experimentó sirvió y aprendimos mucho a partir de él.