Esta oportunidad se la agradezco a Sebastián Errecart del Centro Vasco de Chascomús (Arg.), un auténtico difusor de la pelota mano que me regaló ésta.
Allí la vemos, cansada después de una hora golpeando un frontón del sur de la entrerrianía, pero satisfecha. Cumplió su destino de promover éste juego y nos regaló buenas sensaciones.
Me pregunto quién será el padre de ésta criatura (85gr.)...
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