El asunto de las pelotas es todo un tema. En Argentina no se consiguen, de modo que o las haces o las encargas a alguien que viaje a Europa. Lo mejor es ir a buscarlas uno mismo, pero ese no ha sido nuestro caso.
Intentamos hacerlas, pero por estas tierras no se consigue la piel de cabra, ni de chivo, de modo que las forramos con cuero de vaca. No es fácil conseguir “lana virgen”...nosotros usabamos la lana hilada y teñida que se encuentra en cualquier tienda. Por último el asunto del nucleo (potro o kixki), es un verdadero misterio y sobre todo como lograr el sonido tan característico de la pelota.
Como resultado de nuestros primeros experimentos, obteníamos una goxua que combinaba poco pique (bote) y dureza para la mano desnuda. Pensé que estábamos cometiendo algún error.
Una realidad con la que nos topamos al empezar a jugar con estas goxuas (blandas o dulces), era no tener referencia para comparar lo que habíamos logrado.
Al final, como todo “vasco de acá” tiene un “vasco de allá”, hechamos mano de la ayuda que nos había ofrecido María Pilar una “prima” con caserío y todo y que está entre Vizcaya y Guipuzcua. Pili nos envió dos goxuas y la clásica pelota de Nonbait con ikurriña y lauburu que compran los turistas.
Volviendo a nuestras goxuas, las comparaciones son odiosas y digo esto porque entre las goxuas vascas que nos envió Pili y nuestras goxuas vasco-argentinas, la única diferencia era el sonido y el cuero. Por lo demás, mismo bote, misma costura, mismo peso, mismo tamaño y mismo dolor de manos al golpear. Imagino que habrá distintas calidades de goxuas en toda Euskal Herria, pero en fin, conocemos sólo las que Pili nos envió y las que aprendimos a hacer de la mano del ex pelotari Javier Solozabal, a la que sumamos los aportes de Juan Carlos Otero, Fausto Larrinaga y Ander Zulaika, todo a través del e-correo...
Finalmente conseguí una pelota con muy buen bote, unos 83 gramos de peso y un poco dura para pretender ser “goxua”. Con lo dicho, tres conclusiones: 1. nada como tener un pariente en el País Vasco; 2. hay goxuas que de “goxuas” no tienen nada; 3. algo había que hacer por esas pobres manos (experimentamos el dolor).
Te olvidas de la resina, laguntxo. Pero eso fue mucho después, hasta entonces se jugada con -agárrate-, una piedra.
ResponderEliminarXabier Azkarate.