El entusiasmo por la pelota despertó nuestra curiosidad por un frontón inaccesible.
Pese a haber nacido y crecido en ésta ciudad, nunca tuvimos la oportunidad de pisarlo.
Ubicado dentro de nuestro Regimiento de Caballería Tanques 12 "Dragones de Zelaya" y distante a 7km. de la ciudad, cayó en desuso cuando por ley se derogó el servicio militar obligatorio en Argentina (1994).
Pudimos acceder gracias a la excelente predisposición de su Jefe y luego de autorizaciones, puestos de vigilancia y con esolta armada -propio de un destacamento militar-, que según nos indicó hace muchos años que ni siquiera se juega a la paleta.
Es muy sólido y despide muy bien, aunque una pena el estado del piso. Su ubicación, acceso y estado lo hacen imposible de utilizar e inviable su recuperación, dada la escasa afición por la pelota vasca.
Igualmente, aprovechando la ocasión y a modo de despedida, le pegamos unos pelotazos con una pelota navarra entre hojas de eucaliptus que lo tapizaban y escondían los pozos ocasionados por sus raíces.
El último frontón abierto de 30 metros de Gualeguaychú, sin nadie que lo reivindique, agoniza.
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