Golpear la pelota

Ya le habíamos puesto el ojo el al frontón, cuando un miercoles de noche del año 2008 apareció en escena una pelota que alguien había traído de algún viaje al País Vasco.

Claro, esa pelota era una suerte de "reliquia" histórica. La estudiamosa cuidadosamente y escuchamos cien teorías acerca de qué animal había cedido su cuero para forrarla (cabra, perro, obeja, testículo de toro...). Pasó de mano en mano y después de votarla por un rato, pasamos del comedor al frontón.

Hicimos unos golpes lanzándola contra la pared derecha, la única zona de la kantxa que recibe algo de luz, porque hace años que no tiene iluminación propia.

Nos resultó dura, pesada y su sonido no dejaba dudas que dañaba el piso, las paredes y las manos. Las manos!

Al final, la devolvimos a su lugar de reliquia.

Fue una sensación que no puedo describir, pero obviamente nos dejó un "sabor a poco".

Ese fué nuestro segundo experimento de Pelota Mano.